Real Cédula por la que se concede a la Villa de Riobamba los Títulos de Noble, Fiel y Leal con atención a su fidelidad y servicios en tiempos de la Revolución. [1]
DON FERNANDO VII por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y de Milán, Conde de Absburgo, de Flandes, de Tirol, y Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc., etc. En 22 de junio de 1813 dirigió al Presidente que fué de Quito, Don Toribio Montes, una representación documentada el Ayuntamiento de la Villa de Riobamba[2], en la que expuso y calificó que, desde el principio de las desgraciadas turbulencias de aquellas Provincias, dió pruebas auténticas del espíritu de rectitud y de fidelidad con que se condujo[3], dirigiendo todas sus miras a conservar ilesos mis Reales Derechos e impedir la introducción de un Gobierno opuesto a la subordinación y obediencia de su legítimo Soberano y de las Autoridades que lo representaban, contribuyendo con sus esfuerzos y ejemplo a reponer en su antigua tranquilidad las mismas Provincias, con riesgo de ser víctima de los causantes de la revolución; que luego que supo el Ayuntamiento que las Provincias de Guayaquil y Cuenca se oponían al sistema revolucionario de Quito, concibió esperanzas de que, unidas cuantas tropas y fuerzas pudiesen juntar a las de aquellas ciudades, sería posible la resistencia y destrucción del nuevo sistema, participó por Acta de 5 de Septiembre de 1809 a aquellos Gobernadores su proyecto y también a mi Virrey del Perú, quien en 6 de Noviembre, le contestó aprobando resolución tan noble y ofreció ponerla en mi Real noticia; que igualmente el Ayuntamiento inflamó los ánimos de los Corregidores de Ambato y Guaranda, los cuales se ofrecieron a sacrificar sus vidas por sostener la obediencia y fidelidad debidas a mi Real Persona; que por sus persuasiones, los Oficiales y soldados que guarnecían el punto de Alausí, y estaban destacados en los de Guaranda, al mando del Gobierno insurreccional, desistieron de su quimérico proyecto y se unieron a las tropas fieles de la misma Villa de Riobamba; que el propio Ayuntamiento franqueó la entrada del Exercito Real de Lima y Cuenca, dándole todos los auxilios necesarios para su internación a la Provincia de Ambato y Quito, sin los cuales hubiera sido imposible su entrada, siendo la Villa de Riobamba la primera que restableció el orden y puso en movimiento a la otras; y finalmente, haciendo una dilatada relación de la dura opresión que sufrió en tres años y tres meses en la segunda revolución de Quito; expuso había perdido sus fundos por falta de cultivo y los frutos no había podido vender en Guayaquil y Cuenca por la de comercio, y además dos mil bestias con que hacía su trata, todo lo cual manifestaba el noble esfuerzo con que la dicha Villa de Riobamba y los pueblos inmediatos habían sabido resistir los ataques de la seducción; en cuya atención solicitó me dignase concederla los títulos de NOBLE, FIEL Y LEAL, contemplándola el referido Presidente de Quito acreedora y digna de estas gracias. Y por quanto, vista esta instancia en mi Consejo de las Indias, he venido en acceder a ella a consulta de 16 de Octubre de 1815. Por tanto quiero y es mi voluntad que desde aquí en adelante pueda llamarse y nombrarse y se intitule y nombre la mencionada mi Villa de Riobamba NOBLE, FIEL Y LEAL, poniéndose así en todas las cartas, provisiones y privilegios que se le expidieren por mi y por los Reyes mis sucesores, y en todas las escrituras e instrumentos que pasaren ante los escribanos públicos de la misma Villa. Y por esta mi carta o su traslado, signado de escribano público, mando a los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-Hombres, Priores de las Ordenes, Comendadores y Subcomendadores; a mis Consejos, Presidentes y Oidores de mis Reales Audiencias, así de, estos mis Reinos como de los de Indias, a los Gobernadores, Corregidores, Contadores Mayores de Cuentas, o otros cualesquier Jueces de mi Casa y Corte y Chancillerías, a los Alcaydes de los Castillos, Casas, Fuertes y Llanas; a todos los Concejos, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Caballeros, Escuderos, Oficiales y Hombres Buenos de las Ciudades, Villas y Lugares de todos mis Reinos y Señoríos, y a los demás mis vasallos de cualesquier estado, condición, preeminencia o dignidad que sean, guarden y hagan guardar los expresados títulos de NOBLE, FIEL Y LEAL a la referida Villa de Riobamba, sin contravenir ni permitir que se contravenga a ello en cosa alguna. Y de este despacho se tomará razón en las Contadurías Generales de la Distribución de mi Real Hacienda y en la de mi Consejo de las Indias dentro de dos meses de su data, sin cuya formalidad será nulo y de ningún valor ni efecto. Dado en Madrid, a diez y ocho de Diciembre de mil ochocientos diez y siete.- YO EL REY.
Yo Don Silvestre Collar, Secretario del Rey Nuestro Señor lo hice escribir por su mandado.- El Duque de Montemar, Conde de Garciez.- Joaquín de Mosquera y Figueroa.- Don Manuel María Junco.
Tomose razón en la Contaduría General de la América Meridional. Madrid, 20 de Diciembre de 1817.- José de Texada.
Registrado.- Juan Ant° de la Muñoza. Teniente de Gran Canciller.- Juan Ant° de la Muñoza.
[1] Extraído del Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, Número 10, Quito, Enero – Febrero de 1920. En “Documentos Históricos. Para la Historia de Riobamba. Una Rectificación” de Cristóbal de Gangotena y Jijón. Digitalizado por Francisco Núñez Proaño.
[2] “Riobamba no fue, pues, en tiempos coloniales, nunca Ciudad (nunca se le concedió ese título), sin que esto quiera decir aminorar su importancia: Madrid, la Capital de España e Indias, es hasta hoy, villa.” C.G.J. La supuesta Real Cédula donde según el padre Juan de Velasco se le concede a Riobamba el título de “ciudad de San Pedro de Riobamba” y de “muy noble y muy leal”, así como su escudo de armas, no existe.
[3] Gracias a las gestiones de don Martín Jerónimo José Manuel Joaquín Chiriboga y León (Marqués del Chimborazo, furibundo realista criollo), se otorgó a Riobamba el título de Noble, Fiel y Leal.
[FUENTE: COTERRANEUS – EL BLOG DE FRANCISCO NÚÑEZ PROAÑO -- RIOBAMBA: NOBLE, FIEL Y LEAL. HISTORIA SECRETA DE AMÉRICA]
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