Desde que atravesé el Tebicuary no se me ha presentado ni un paraguayo, ni menos los he hallado en sus casas; esto, unido al ningún movimiento hecho hasta ahora á nuestro favor, y antes por el contrario, presentarse en tanto número para oponérsenos, le obliga al ejército de mi mando á decir que su título no debe ser de auxiliador, sino de conquistador del Paraguay.
Manuel Belgrano, Oficio del 16/XII.
Todos sabeis que entre las Tropas de la desgraciada Ciudad de Buenos Ayres, vienen varios hijos expurios de esta Provincia [del Paraguay]. ¿Qué fundamentos tiene esa Junta turbulenta para deducir que sus honrados parientes, y Paisanos habrán de seguir sus detestables ideas? Ellos son los primeros que vengarán la injutira que se les hace dando una prueba al Mundo entero de los fieles sentimientos que les animan. Sabed mas, esa cabala de facciosos en sus sesiones sanguinarias ha resuelto y maquinado el asesinato de vuestro Governador. ¿Acaso porque Yo dejara de existir se acabaría vuestra fidelidad? ¿Faltaría un caudillo que os condujera á la victoria y exterminara á ese conjunto de salteadores, que invocan á nuestro desgraciado Rey Dn. Fernando séptimo, y atacan infamemente sus Derechos, y los de sus fieles vasallos?... Moriré con gusto en medio de vosotros, y tendré la gloria de acabar mis cansados días al frente de una Provincia heroica y de unos Súbditos amables, en cuya defenza me parece un corto sacrificio el de mi vida.
Velasco, Bando del 18/XII del Gobernador del Paraguay á sus habitantes.
Quiera Dios que sea feliz, para que pueda venir con todos y entrar á la conquista de los salvajes paraguayos, que sólo se pueden convencer á fuerza de balas.
Manuel Belgrano, Carta confidencial del 31/I al Presidente de la Junta.
V. E. no puede formar una idea bastante del estado de ceguedad en que se halla la Provincia: igual es la ignorancia de los primeros hombres de ella, que arrastran a la multitud, como en todas partes, y á qué grado de entusiasmo han llegado, bajo el concepto de que, oponiéndose á las miras de V. E., defienden la Patria, la Religión y lo que hay de más sagrado.
Belgrano, Oficio del 14/III a la Junta Gubernativa de Buenos Aires.
Vivid contentos: reposad en el seno de vras. familias, y no temais padecer la suerte de Vuestros vecinos los Correntinos qe. arrastrados de los insurgentes, han ido á ser víctimas en la Campaña del Uruguay; á la sazón qe. su capital abandonada la tiene á discreción el Comandte. de nra. Esquadra Dn. Jaime Ferrer que se halla fondeado en le Puerto de aquella Ciudad. Esta Provincia es ilustrada y fuerte, y la divina Provida. que vela sobre su conservación, cada día nos depara medios que la hacen inaccesible. No penseis qe. vro. mérito ha de quedar en el olvido; todos mis esfuerzos desde este momento se reducen á elevarle al Govno. Soverano de las Cortes que en nombre de Nro. Monarca el Sor. Dn. Ferndo. 7o. rige España y sus Indias. ... No sois mis esclavos como dicen los infames Livelos de Buenos Ayres; sois mis hijos compañeros y amigos. Ellos son verdaderamte. los Esclavos de un Govierno arvitrario, tiránico y Despótico.
Velasco, Bando del 18/IV.
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