Cuando decidimos acometer este proyecto, sabíamos que el mismo no seria recibido en forma indiferente, más bien esperábamos reacciones de todo tipo, desde las más viscerales, hasta las dogmáticas, y suponíamos que, entre las más duras, estarían las de los nacionalistas “católicos”. Y es que es muy difícil demoler 200 años de mentiras y propaganda.
Ahora un autodenominado “historiador” nos intima a retirar el enlace que hemos puesto a su blog. Y no lo vamos a hacer. Y esto por varios motivos.
Cuando uno publica en Internet, lo hace para que sus escritos sean difundidos, aceptando las “reglas de juego” de este medio. Si uno no está dispuesto a ser criticado, lo mejor que puede hacer es borrar su blog y difundir sus ensayos o diatribas ideológicas por escrito entre quienes piensan en forma idéntica. Incluso la plataforma Blogger, que es la que usamos nosotros y el auto-bautizado “historiador”, permite hacer al blog sólo accesible a invitados.
Por otro lado, no vamos a permitir en los comentarios, aquéllos que se vayan del tema planteado en el texto comentado o que —a exclusivo criterio nuestro— no aporten al debate (los numerosos “enemigos” que tenemos los que así pensamos, sean liberales, marxistas o nacionalistas, tienen bastante medios para hacer conocer su “versión” de los hechos aquí discutidos). Éstos vamos a borrarlos inmediata e indefectiblemente. No importa que sean insultos o amenazas. Vengan de un “historiador” o de un amateur.
Fdo. Los administradores
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