Pedro Ignacio de Castro Barros (1776-1849)
Según él, los pobladores de América si habían jurado fidelidad al Rey, había sido por obra de la presión y de la fuerza, lo que le quitaba legitimidad. Esta sola circunstancia ofrecía razón para sacudirse el vasallaje "sin tropezar en juramento" y presentaba como ejemplo de esa conducta a "los cantones suizos, cuando se hicieron independientes de la Alemania, los flamencos y holandeses de la España y nuestros hermanos los americanos del norte, de la Inglaterra, prestándoles a estos auxilio los Reyes de España y Francia, Carlos III y Luis XVI, deudos inmediatos de Fernando VII". Recordaba que "los emperadores de América fueron violentados para la abdicación de sus coronas a los Reyes de España, como lo fue Fernando VII en Bayona para lo que hizo de su corona a favor de Bonaparte, y por consiguiente si José Bonaparte no fue en fuerza de este título legítimo Rey de las Españas, no lo fueron los Reyes Españoles de las Américas."
Adolfo P. Carranza, El clero argentino de 1810 a 1830.
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