Stephen Maturin, o mejor Esteban Maturin y Domanova, académico de la Royal Society, médico de la Royal
Navy, naturalista amateur y agente de
la inteligencia británica, es un personaje de la serie de ficción “Aubrey-Maturin”
del escritor anglo-irlandés Patrick O’Brian, cuya novela más conocida es Capitán de mar y guerra (“Master and Commander”), llevada al cine con
Russell Crowe en el papel protagónico del capitán Jack Aubrey “el Suertudo”.
Foto: Paul Bettany en el papel de Maturin (2003).
Nos cuenta O’Brian que Esteban Maturin y Domanova era el hijo ilegítimo de
un oficial irlandés que servía en la Armada española y de una dama de la
sociedad catalana. Era, asimismo, sobrino de Lord Edward FitzGerald, un
personaje histórico que fue miembro de la logia irlandesa revolucionaria United
Irishmen.
Maturin fue criado en su niñez en una granja de cerdos de Cahirciveen y
pasó su adolescencia con su abuela catalana en Lérida, un tío en Barcelona y su
padrino en Ullastret. Recibió una envidiable educación benedictina, con
especial atención por los clásicos griegos y latinos. Regresó más tarde a
Irlanda y realizó estudios pre-médicos en el Trinity College de Dublin. Viajó
luego a París donde fue entrenado por el mismísimo Guillaume Dupuytren.
Allí estaba cuando estalló la Revolución en 1789. Fue un ardiente
revolucionario e intentó, como muchos otros en su tiempo, exportarla a Irlanda.
Se involucró con los United Irishmen y tuvo un amorío con una mujer llamada
Mona, que muere en circunstancias nunca aclaradas. Quizá por ello comienza a
perder su entusiasmo político y se rehúsa a participar de la rebelión irlandesa
de 1798 protagonizada por Wolfe Tone.
Acompañando a un paciente moribundo, viaja a Menorca. Pero al morir éste,
Maturin queda sin dinero ni esperanza. Aquí comienza la serie de O’Brian, con
su encuentro con Jack Aubrey, el capitán de la corbeta HMS “Sophie”, que le ofrece
incorporarse a la tripulación como cirujano del buque.
Maturin se rebela como un moderado nacionalista catalán y un visceral
oponente de la tiranía de Bonaparte. Desde un comienzo, gracias a sus
conocimientos de idiomas, su historia revolucionaria y ser un hombre viajado,
se convierte en un agente de la inteligencia británica, aunque jamás acepta un
centavo por sus servicios. Su contacto principal en América del Sur es… José de
San Martín (cf. Azul en la mesana).
Filósofo naturalista, es un apasionado de los extraños animales y plantas
que descubren en sus travesías. Una frustración constante es ser apartado de la
flora y fauna jamás vista por el ojo científico, para verse envuelto en
batallas navales.
Es también un buen músico que puede tocar, además de instrumento preferido,
el cello, el piano y la flauta, y frecuentemente se entretienen con el Suertudo
Jack, buen violinista, interpretando alguna melodía culta.
Su falta de conocimientos en materia naval, son la excusa que utiliza el
autor para instruir al lector en esta
jerga tan específica. Lo mismo sucede con las reglas del cricket.
Christopher Hitchens, en
una célebre crítica del film, considera que “el summum del genio de O’Brian
es la creación del Dr. Stephen Maturin. No es tan sólo el dotado cirujano del
buque sino también el científico, el agente de espionaje del Almirantazgo, un
hombre mitad irlandés y mitad catalán —y un revolucionario. Se pasa al bando
británico, habiendo peleado antes contra él, debido a su odio al Bonaparte que
traicionó los principios de 1789 —principios que son perfectamente oscuros para
el brusco Cap. Jack Aubrey. Cualquier adaptación cinemática de O’Brian debe
juzgarse por su éxito al representar este personaje. En esta película no se
cae, ni se mantiene. Simplemente pasa de largo en todo el proyecto.”
Sin embargo, la película ha
recibido mejores críticas, tanto de historiadores
navales como de expertos
napoleónicos. Los libros de O’Brian, aunque ficción, son fundamentales para
el historiador del período. Aunque se oponga algún historiador como Stephen
Taylor (Commander: The Life And Exploits
Of Britain’s Greatest Frigate Captain, a biography of Edward Pellew) y el
autor no se haya expedido al respecto, la mayoría de los conocedores (cf. Richard
Ollard, “The Jack Aubrey Novels: An editorial review”, A. E. Cunningham, Patrick O’Brian: Critical essays and a bibliography)
creen que el personaje del capitán Aubrey está inspirado en Thomas
Cochrane.
Volviendo a Stephen Maturin, no
podemos dejar de notar su gran semejanza con Diego
(James) Paroissien —médico, comerciante, espía y amigo de San Martín— a
quien ya nos referimos.