"Si la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia."

lunes, 1 de agosto de 2016

El Obispo Lué y Cornelio Saavedra

A propósito de nuestra entrada sobre el obispo Lué, nos ha llegado el siguiente comentario, con el que estamos muy de acuerdo.


Está muy claro que Cornelio Saavedra en sus memorias quiso aniquilar moralmente a monseñor Lué y Riega pintándolo como un energúmeno con un voto que era incluso contrario a la realidad americana, los españoles americanos llegaban a las mas altas esferas del gobierno. Y en el Río de la Plata tenemos un elocuente ejemplo, el Virrey don Jorge Vértiz era americano, había nacido en la Nueva España.

Pero no solo en el gobierno los americanos alcanzaban las mas altas jerarquías, en el Ejército el teniente general José La Mar era quiteño y también en la Iglesia, aquel obispo de Asunción que tanto luchó con los jesuitas para imponer el catolicismo en las Misiones, Fray Bernardino de Cárdenas, era americano hijo de dos conquistadores del Perú.

Y vayan estos tres nombres como ejemplo, se podrían citar centenares de ellos.

Y ahora dos palabras sobre Cornelio Saavedra. Como todos los revolucionarios, Belgrano y San Martín incluidos, Saavedra era un perjuro.


Había jurado defender y seguir la bandera española y fidelidad tanto a carlos IV como a su sucesor Fernando VII.

Este carácter de perjuro que nuestra historieta oficial jamás menciona nos demuestra su sentido del honor y moral.

Segundo el obispo Lué era militar de escuela y desde casi un niño había ingresado a un ejército profesional alcanzando a graduarse de Oficial Jefe, Sargento Mayor, después de largos años de servicio activo.


Saavedra era un comerciante o sea un representante de la aristocracia de la vara de medir porteña (Aunque este tendero era potosino).

Fue designado coronel por el voto de los soldados de su regimiento. Ese carácter plebiscitario y democrático es una burla al espíritu militar. Su única actuación bélica fue durante las invasiones inglesas.

Don Benito Lué y Riega estaba muy lejos del energúmeno pintado por Saavedra, un testigo totalmente imparcial, el capitán inglés Alexander Gillespie, hombre cuya perspicacia queda reflejada en las atinadas y profundas observaciones que nos ha dejado en su obra, conocida entre nosotros como "Buenos Aires y el Interior".


Gillespie que evidentemente estuvo a cargo de la inteligencia del invasos nos dice al respecto "Esa cabeza de la Iglesia había alcanzado en sus primeros días el grado de mayor en los ejércitos españoles.... Estaba dotado además con una figura elegante, con una amabilidad que inspiraba confianza y un modo de decir las cosas que intrigaba, para lo que estas cualidades eran auxiliares muy útiles".

Como se ve monseñor Lué y Riega era una persona de gran valía, por eso se decidió aniquilarlo moralmente, paso previo para el definitivo aniquilamiento material, conseguido bajo el gobierno del Triunvirato manejado por Rivadavia, con la colaboración de un cura apóstata.

Es muy sintomático que rivadavia también hubiera hecho asesinar a Fray José de las Ánimas, único superior del clero regular que no juró fidelidad a la Corona Británica

Fray José y el Obispo fueron dos mártires de la religión y la lealtad a la Patria.

10 comentarios:

  1. Les agradezco mucho la publicación de mi nota.
    Fernando José Ares

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  2. Parece gracioso que los "revisionistas del revisionismo" sean devotos de dos sometidos a Napoleón: Fernando VII y Pío VII. No hablo de "vencidos por" sino de "sometidos a".
    Es claro que los revolucionarios eran pésimos, pero eso no hace mejor a Fernando VII, el abdicador luego arrepentido.

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    1. No es cuestión de "devociones", como Ud. mal dice.

      Del mismo modo que Ud. no rechazaría a su padre por ser alcohólico o a su madre por ser prostituta, un fiel vasallo que no sea perjuro ni sacrílego no rechazaría a su Rey y a su Papa. Es más, no los rechazaría aún contra ellos mismos, si tuviese que enviarlos a reformarse.

      Rechazar a un monarca según que nos guste o no es de demócrata. Aunque se digan tradicionalistas, los nacionalistas no lo son.

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    2. Difamador serial PÍO VII NO ERA SOMETIDO A NAPOLEÓN.

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  3. La legitimidad de origen debe distinguirse de aquélla de ejercicio. En la analogía que Ud. usa, el padre sigue siendo el padre aunque pierda la patria potestad. Pero no se le debe obediencia.
    Por ejemplo si el padre manda un pecado debe desobedecérsele.
    Si el rey abdicó el que rompió el juramento fue él. Y en ese caso perdió la legitimidad de origen y la ejercicio también.
    ¿Quería salvar el pellejo? Pues bien, no puede pedir el martirio quien no está dispuesto a sufrirlo.
    Y esos dos VII decidieron someterse a Napoleón.
    Pues no me vengan después con Etsi longissimo, que antes podemos citar el concordato de 1801.

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    1. Evidentemente Ud. no tiene mucha idea de lo que es la legitimidad de origen y de ejercicio.

      Al padre alcohólico no le deberá obediencia en aquello en que él no esté en condiciones de ordenar, pero sí en el resto. Del mismo modo, el pueblo español el 2 de mayo de 1808 salió a las calles a defender a su Rey, a pesar de lo malo que éste pudiese haber sido e, incluso, contra su abdicación (forzada y bajo violencia). ¡Vea qué distinto a los revolucionarios americanos de 1810 y ss.!

      La legitimidad de origen no pudo haberla perdido y la de ejercicio podría haberlo sido, pero también podría haberla recuperado. (Se trata de un concepto dinámico, como se lo puede explicar cualquier clásico.)

      En cuanto a Etsi longissimo terrarum, Usted debe urgentemente aclarar conceptos histórico-cronológicos.

      Pero, además, se trata de recordar conceptos que son patrimonio común de la Fe; que Ud. puede encontrar en Quare Lacrymae, entre otros muchos documentos pontificios, o en Santo Tomás en su De Regno.

      Lo invito a leer sine ira et studio los conceptos básicos de la doctrina política católica tradicional.

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  4. Ésa es justamente la diferencia de la analogía impropia que Ud. propone. El padre nunca deja de ser padre, el rey sí. Entre otros motivos por muerte o abdicación.
    Fernando VII abdicó. Ud. agrega, "forzado y bajo violencia". Obvio. Como casi todos los que abdican. Forzados por diversas circunstancias. En este caso por salvar el pellejo y dedicarse a "salotear" en Francia. Ahí perdió la legitimidad incluso de origen Ésa es su diferencia con Luis XVI. De ahí la diferencia entre Quare lacrymae y Etsi longissimo. Dos papas y dos reyes con modalidades muy diversas.
    No es serio un documento papal que exige a los obispos que se declaren realistas después de años, cuando él y su elogiado rey se sometieron voluntariamente a Napoleón, cauce en el que se desarrollaron los acontecimientos precedentes. Vale lo mismo que las exhortaciones de Francisco I instando a votar a Scioli. ¿El Fernando VII de esa época era mejor que Scioli? Claro que sí. El Pío VII de esa época también era mejor que Francisco I.
    Aunque Ud. no guste de la figura de Rosas parece que su observación en la famosa carta a Anchorena es acertada, visto que era importante evitar "que los españoles apurados por Napoleón, negociasen con él su bienestar a costa nuestra, haciéndonos el pato de la boda".
    Todo esto no significa elogiar a los así llamados patriotas ni a adherir a las conclusiones históricas de Díaz Araujo. Pero tampoco a la fábula del revisionismo de los revisionistas, que sólo lleva a un romanticismo.
    El problema está en la premisa menor, no en la mayor.

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    1. Le vuelvo a reiterar que la legitimidad de origen, por definición on se puede perder. Lo que se puede perder es la de ejercicio y en ese caso se pierde en la medida en que ese ejercicio sea contrario al bien común político (i.e. unidad, orden y soberanía).

      La abdicación de F7 en Bayona no es válida por vicio de la voluntad. Punto. No hay mucho que argumentar en eso. Por eso el pueblo español se levanta el 2 de mayo en nombre de "Fernando VII" y por eso se lo jura en Buenos Aires en varias ocasiones, hasta pocos días antes del 25 de mayo de 1810.

      Tanto que les gusta traer a cuenta a Rosas, tal vez le gustaría saber que tanto su padre como uno de sus tíos maternos estaban en las listas de "desafectos a la causa de nuestra libertad" (i.e. sospechosos de realistas). La historia es más compleja que como la cuentan.

      En cuanto a su penúltimo párrafo, se nota que no nos sigue. En ningún momento hemos sido "románticos". Hemos dicho varias veces que una de las causas del éxito de la subversión independentista fueron las traiciones de los realistas. Pero lo que reivindicamos, según el derecho natural y cristiano, es la santa causa de la contrarrevolución americanista.

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    2. La excusa de que Carlos IV era malo y Fernando VII malísimo no sirve para justificar el aniquilamiento de un Imperio que, aunque caido en cierta decadencia, seguía siendo modelo para el mundo.

      A ningún romano se le ocurrió destruir a su Imperio porque la dictadura de Mario o la de Sila fueron sangrientas.

      La formación de republiquetas, todas bananeras, incluida la que se formó en la metrópoli disfrazada de reino, y una larga guerra civil tanto en territorio americano como europeo, donde las ambiciones groseras de los independentistas y sus aliados europeos llenaron de sangre y miseria los territorios que antes vivían en paz y bienestar.

      En nuestro antiguo reino del Río de la Plata los que efectivamente ejercían el gobierno eran los Cabildos, cuyas autoridades eran elegidas libremente en comicios intachables hasta el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, en que todos los historiadores coinciden que estuvo dominado por el fraude.

      El fraude fue efectuado por el núcleo masónico secesionista y el Rgto. de Patricios, primero no invitando a conocidos realistas y luego impidiéndole el paso a otros similares.

      En todo momento se ejerció presión sobre los que no participaban del proyecto subversivo.

      Por eso podemos decir que el 22 de mayo se funda la democracia argentina con ese elemento esencial de la participación democrática: el fraude.

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