"Si la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia."

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La ayuda de Inglaterra

Se menciona una profecía escrita en un antiguo templo del Sol en El Cuzco según la cual, la liberación de América del Sur sería realizada por la nación del inglés. Dicha profecía estaba destinada a verse realizada puesto que este continente en gran medida debe su emancipación del yugo español a la cooperación del gobierno y el pueblo de Gran Bretaña. Canning declaró desde el escaño ministerial en la Cámara de los Comunes que “dio existencia a un Nuevo Mundo para cambiar el equilibrio del viejo”, y tan calurosamente expuso la causa de América del Sur que los capitalistas de Londres libremente abrieron sus tesoros a los agentes de las nuevas repúblicas, mientras que miles de valientes soldados de fortuna pusieron sus espadas al servicio de Bolívar y los otros jefes patriotas. Incluso antes de Canning, el gobierno de Pitt dio aliento al General Miranda, que hizo varias visitas a Inglaterra en nombre de Venezuela, y uno de los resultados de los esfuerzos de Miranda fue la misión especial de Sir James Cockburn a Caracas en 1808. Miranda fue arrojado injustamente en un calabozo por los patriotas venezolanos, y murió encadenado.

Cinco años después llegó la primera expedición de voluntarios ingleses del Gral. MacGregor, y en el intervalo desde 1813 hasta el fin de la guerra en 1824, casi 5000 súbditos británicos cayeron peleando bajo las banderas independentistas.

Según Lord Palmerston, las distintas repúblicas sudamericanas costaron a Gran Bretaña la enorme suma de 150 millones de libras esterlinas, incluyendo los préstamos concedidos en Londres que aún estaban impagas.

Sin embargo, fueron los logros de los comandantes británicos en las flotas y ejércitos de América del Sur los que preservarán para la historia la ayuda de Gran Bretaña a los patriotas. En el curso de los capítulos siguientes narraré muchos gloriosos hechos de armas llevados a cabo por mis compatriotas, reflejando no menos lustre de las banderas bajo las cuales pelearon como del heroico suelo en el cual nacieron.

El Almirante Brown destruyó el poderío naval español en la costa Este del continente mientras Lord Cochrane lo hacía en la costa Oeste.

O’Higgins y MacKenna se cubrieron de Gloria en Rancagua y Membrillar en Chile, al mismo tiempo que MacGregor expulsaba a los españoles de Nueva Granada.

La decisiva batalla de Ayacucho fue ganada por el General Miller, quien allí ganó la distinción de Gran Mariscal del Perú; y tenemos el testimonio del General Bolívar de que la dura victoria de Carabobo se debió al coraje de la Legión Anglo-Irlandesa. “¡Gloria a los salvadores de mi patria!” fue la exclamación de Bolívar, cuando la pequeña banda de 600 sobrevivientes marchaban frente a él tras finalizar la batalla.

“Vale la pena remarcar”, dijo un escritor hace poco, “que no sólo Inglaterra envió grandes sumas de dinero y cantidades de armas a América del Sur, sino también que el coraje de sus hijos fue principal instrumento para asegurar la independencia de las repúblicas sudamericanas. Fue la firmeza de la Legión Británica la que ganó la batalla de Carabobo (junio de 1821) y decidió la independencia de Colombia, y la carga de la caballería del General Miller en Ayacucho la que procuró la gran victoria que destruyó el último baluarte español en el Perú.”

Así comienza la tercera parte de un libro muy ilustrativo que veremos citado muchas veces aquí en esta bitácora: The English in South America de Michael G. Mulhall (Buenos Aires, 1878). Sea ésta una muestra de lo que vendrá.

2 comentarios:

  1. Tomo buena nota del libro. Sigo muy de cerca la historia de Hispanoamérica y desconocía la mayor parte de los hechos históricos que has citado. Será una de mis próximas lecturas.

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  2. William Miller fue uno de los tantos mercenarios que integraron el ejército de la masónica Logia Lautaro

    En sus memorias refleja su fobia a todo el catolicismo. Con un cinismo típicamente inglés se conduele de la suerte de los indios, olvidándose lo que hicieron sus compatriotas en América del Norte.

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