martes, 14 de agosto de 2018

Pastoral misionera


Salid al frente de esas gavillas de bandidos y bribones, presentad vuestros pechos al acero antes que condescender a un juramento que os hace perjuros para Dios y traidores a vuestro Rey, a vuestra Patria y a vuestra Nación.
No deis oídos a esos viejos de Susana, que nosotros conocemos muy bien, ni a esos jóvenes disolutos que tanto hemos favorecido. Ellos son unos necios atenienses y torpes espartanos que a cubierto de su ignorancia quieren aparentar los mismos nombres que deshonran. Os quieren obligar a ofrecer incienso a Baal, despreciando al Dios de Israel. ¡Ingratos! ¡Inhumanos! Ése es el pago que nos dais y que dais a vuestros padres. ¿Ése es el beneficio que queréis hacer a vuestra patria? Todo hombre depende naturalmente de Dios y del que lo representa. El nombre nada más de independencia es el más escandaloso. Huid de él hijos, como del infierno.
A cualquiera de nuestros súbditos que voluntariamente jurase la escandalosa independencia con pretextos frívolos y de puro interés propio lo declaramos excomulgado vitando y mandamos que sea puesto en tablillas. Si fuere eclesiástico lo declaramos suspenso y si alguna ciudad o pueblo de nuestra diócesis, le ponemos en entredicho local y personal y mandamos consumir las especies sacramentales y cerrar la iglesia hasta que se retractare y juren de nuevo la constitución española y ser fieles al Rey. Si alguno de vuestros hijos obedeciere a otro obispo que a Nos o a otros vicarios que los que Nos pusiéremos, u oyen misa de sacerdote insurgente o recibiere de él sacramentos, lo declaramos también excomulgado.

Hipólito Antonio Sánchez Rangel de Fayas y Quirós, obispo de Maynas (1820).

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