miércoles, 5 de agosto de 2015

Olañeta


LÁMINA 29.- BRIGADIER CORONEL JEFE DEL BATALLÓN DE CAZADORES DE INFANTERÍA LIGERA DEL EJÉRCITO DEL ALTO PERÚ, D. ANTONIO DE OLAÑETA Y SU ESPOSA Dª. PEPITA MARQUIEGUI.

No era insólito que en un mismo Regimiento hubiera hasta tres Coroneles, uno en calidad de "Vivo" a su mando y los otros como "Reformados" o "Agregados". En guerra estas situaciones administrativas quedaban en un segundo plano, y ante la necesidad de operar, podían pasar a mandar los varios Batallones, incluso adquiriendo el "grado" de Brigadier.

Un caso parecido lo constituye esta Unidad. El Brigadier viste el uniforme de su Batallón al estilo de los Oficiales: sombrero apuntado (o de "tres picos", se decía a pesar de haber evolucionado a dos) con un medallón de Fernando VII sobre la presilla de la escarapela, casaca larga, pantalón ceñido, botas "a lo húsar", etc.

Lleva la Cruz de San Hermenegildo (por sus largos años como Oficial), la de los "Emigrados" y la de la batalla de Ayohuma. Además lleva en el antebrazo izquierdo los Escudos de Distinción de Vilcapuquio y Ayohuma.

Su esposa viste "a lo dama realista", pues se adorna con cintas blancas en lo alto del talle y combinada con otra roja, en el sombrero (como las corbatas de las banderas), con remate de plumas rojas y blancas. También lleva la Medalla de los "Emigrados" en la clase de lazo para damas.

Lo más llamativo de su vestuario es el batón de color rojo (por realista, como la escarapela militar), adornado con el entorchado de plata que señala el grado de Brigadier de su marido, y se corresponde con las divisas militares llevadas en los vestidos de otras damas de su época que han llegado hasta nosotros a través de retratos de pintores como Goya.

Estas damas llevan en el peinado una gran escarapela roja, o en la cintura la faja roja de los Generales, con sus lazadas y caídas con entorchados, los tres galones de Coronel, etc.

Ello revela aspectos más amplios que los que cita D. Luis Bermúdez de Castro en su obra Arte del buen mandar español (pág. 121): "A principios del siglo pasado (el XIX) las señoras de los Generales tenían... el derecho y el deber de usar en los vestidos de corte y para montar a caballo cuando acompañaban a sus maridos de uniforme, los entorchados en las bocamangas de los vestidos."

[Fuente: Julio Mario Luqui Lagleyze y Antonio Manzano Lahoz, Los Realistas.]

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