jueves, 11 de agosto de 2011

Vicente Benavídez: Vida de un aventurero realista criollo


Vicente Benavídez (o Benavides, 1777-1822), nació en Quirihue, unos 70 km al NO de Chillán y unos 80 al NE de Concepción. 

Fue funcionario del Real Estanco de Tabacos y, en 1810, ante los acontecimientos que estaban teniendo lugar en la Península Ibérica, se enroló en el Regimiento de Granaderos de Chile. Al año siguiente, creyendo aún en la sinceridad de la causa "patriota", se presenta voluntario en la División Auxiliar que, al mendo del coronel Alcázar, fue enviada a Buenos Aires. 

En 1813 lo vemos en Concepción como sargento de los Húsares de la Gran Guardia, comandados por José Miguel Carrera. Pero ante lo evidente de la deriva de la Revolución, deserta de las filas "patriotas" y se decide a luchar en el bando realista fiel al Rey legítimo.

Durante la batalla de Membrillar, el 20 de marzo de 1814, es capturado. Al sur de Linares, durante un incendio que la propaganda revolucionaria le atribuirá, logra escapar. Se enrola en las fuerzas realistas y es designado como sargento en el Batallón de Infantería Ligera de Concepción.

Participa del sitio de Rancagua, del 1º al 2 de octubre del '14, y se destaca con honores. Por este motivo y su fidelidad sin tacha, es ascendido a subteniente. Como oficial de los Ejércitos del Rey, continúa su vida en Concepción y, en el verano del '17, desposa a Teresa Ferrer y Santiváñez, de una aristocrática familia local.

Pero tras la derrota de Chacabuco, se evacúa con su familia y los demás fidelistas a la plaza de Talcahuano. Los reveses que sufren las fuerzas leales lo convencen de internarse en la Frontera. A fin de ese año 1817, pasa finalmente a la Frontera y es bien recibido por los araucanos que, con razón, sospechan que los "patriotas" incumplirán los tratados que las naciones indias habían hecho con el Rey católico.

La guerra de guerrillas en el sur de Chile es muy violenta. Los insurgentes matan familias enteras de mapuches y éstos no se quedan atrás en sus represalias. Benavídez logra notables éxitos con sus partidas de realistas, criollos, españoles e indios, y es ascendido a capitán por el Virrey del Perú.

"Batalla de Maipú", cuadro de Mauricio Rugendas
Participa en la batalla de Maipú, el 5 de abril del '18, y es capturado junto a su querido hermano Timoteo. Son sentenciados a muerte y ejecutados. Vicente sobrevive de manera casi milagrosa y, protegido por los hombres sencillos y su familia, vive oculto durante un tiempo en la propia Santiago.

Descubierto, es llevado ante el general insurgente José de San Martín quien lo indulta a cambio de actuar en el bando "patriota". Estaba teniendo lugar una nueva evacuación de Concepción y las familias realistas partían hacia Los Angeles. Balcarce dirige la Segunda Campaña al Sur de Chile y ataca a los desprotegidos realistas durante la travesía. Benavídez se destaca al frente de una columna insurgente en la toma de la Isla de la Laja. 

Pero, cerca de la Frontera, cuando se dirigía a atacar al coronel realista Sánchez, razona que los juramentos dados bajo presión y amenaza de muerte son inválidos. Regresa al bando fiel al Rey y ayuda a Sánchez en su pase a Valdivia. Este lo deja al mando de todas las tropas realistas en la Frontera.

Al enterarse de la "traición" de Benavídez, los "patriotas" santiaguinos declaran la Guerra a Muerte contra las montoneras realistas y sus aliados mapuches y pehuenches. Si acaso era posible, los revolucionarios en su desesperación convierten la guerra en la Frontera en algo brutal. Pero el apoyo popular a la causa del Rey no cesa.

El virrey del Perú reconoce a Benavídez y lo nombra teniente coronel. En mayo de 1820, las montoneras realistas atacan Talcahuano con éxito y saquean la ciudad. El 2 de octubre de ese año llegan a tomar Concepción; sin duda con gran apoyo local. 

Pero la suerte de un combate desigual, sin aprovisionamiento ni apoyo material de ningún tipo, cambia. En las Vegas de Talcahuano y, poco después, en la Alameda de Concepción, el jefe revolucionario Freire los derrota. Y, desde Chillán, en 1821, el coronel "patriota" Prieto da inicio a una nueva campaña para conquistar el sur chileno. 

Benavídez es expulsado hacia el Arauco, aunque continúa la guerra de guerrillas contra el gobierno de Santiago. En un hecho confuso, capturan en la costa el bergantín Ocean que llevaba refuerzos al Perú.

Finalmente, en la jornada del 9 al 10 de octubre del '21, los sobrevivientes de las montoneras de Benavídez son sorprendidos en las Vegas de Saldías y aniquilados perseguidos como criminales, ellos y sus familias. Don Vicente es convencido de escapar al Perú para encabezar la resistencia del realismo chileno desde allí. Se embarca en una barcaza, pero es capturado en Topocalma, cuando habían hecho tierra para aprovisionarse.

Tras ser torturados, Benavídez y sus compañeros son conducidos a Santiago, donde llegan el 13 de febrero de 1822. Son sometidos al escarnio público y a toda clase de humillaciones. El 23 de febrero de ese año es ahorcado en la Plaza de Armas. Su cuerpo es mutilado: la cabeza, las manos y las piernas son enviadas a las ciudades del sur chileno como ejemplo de lo que sucedería a quienes no sostuvieran la causa de la Revolución. Sus restos fueron incinerados en el Llano de Portales. En la locura satánica de los "patriotas", a este valiente soldado realista se le negaría hasta una cristiana sepultura.


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